La instalación de placas de energía fotovoltaica no solo está experimentando un considerable crecimiento en las viviendas particulares, sino que son cada vez más las empresas que optan por invertir en este tipo de tecnología para garantizar el autoconsumo en sus instalaciones. 

Dentro del universo empresarial, es numeroso el grupo de pymes que ya ha decidido modernizar su centro de actividades con placas solares porque se trata de un sistema compatible con las instalaciones eléctricas particulares que aporta numerosas ventajas a las pequeñas y medianas compañías. De hecho, son tantas que para sintetizarlas de una forma comprensible se pueden clasificar en cuatro grandes grupos en base a su naturaleza: económicas, medioambientales, productivas y de imagen. 

Conciencia medioambiental e imagen de marca

Cuando hablamos en términos de negocio, la imagen corporativa tiene cada vez más peso en los tiempos que corren, hasta el punto de que esta tiene un peso decisivo en el devenir de las compañías. 

Pero de nada sirve emitir mensajes corporativos en clave verde si no aplican en consecuencia de forma interna. Esto significa que la responsabilidad social corporativa y la conciencia medioambiental se demuestran con acciones reales, y potenciar la sostenibilidad de su producción con la instalación de un sistema de placas solares fotovoltaicas en su sede es una de las más eficaces para ello. Por eso, el impacto que tiene en la imagen que la opinión pública -ya sean clientes, proveedores, socios o instituciones públicas- tiene de una empresa es considerable y muy positivo. 

No en vano, estamos hablando de un tipo de energía renovable, que se obtiene directamente a partir de la radiación solar, por lo que su aportación en favor del cuidado del medioambiente es multidireccional. Al no consumir combustibles, la producción eléctrica a partir de la energía solar reduce las emisiones de CO2 a la atmósfera y no crea emisiones de gases efecto invernadero. Y todo ello unido tiene una repercusión directa sobre cuestiones de actualidad tan sensibles como el cambio climático y el calentamiento global. 

Impacto económico positivo y aumento del nivel competitivo

Como ya te contamos cuando explicamos las ventajas de instalar un sistema de placas solares fotovoltaicas en una vivienda particular, los beneficios a nivel económico son sobresalientes, y en el mundo empresarial, donde la columna de los gastos se dispara, estos se dejan notar todavía más. 

De entrada, las placas solares aumentan el valor del inmueble en el que hace la instalación de forma considerable, por lo que si una pyme es dueña del edificio en el que tiene radicada su sede, ya tiene un primer argumento de peso para plantearse esta opción de inversión con vistas no solo al corto plazo, sino también al medio largo. 

En lo que respecta al impacto inmediato, alcanzar el autoconsumo a través de la energía solar se puede apreciar enseguida en la estabilidad que alcanzan los costes derivados del gasto energético, ya que es mucho menos volátil que la factura de la luz de una instalación que no disponga de placas solares fotovoltaicas. Además, dicha factura también se ve reducida gracias al coste gratuito de la energía solar una vez realizado el gasto inicial en la implantación del sistema de placas, que además se ha democratizado mucho en los últimos años, por lo que la amortización se produce en un tiempo más reducido que antaño. 

Por si fueran pocos los pros mencionados hasta este punto del texto, dependiendo del lugar en el que tenga su sede la pyme en cuestión, esta se puede beneficiar de las reducciones en los impuestos y las subvenciones que los distintos organismos públicos con potestad para aplicarlos ejecuten.

Todo lo analizado, sumado dentro del mismo saco, se traduce en una mejora sustancial en el nivel competitivo de las pymes que tomen la decisión de afrontar la inversión que requiere la instalación de un sistema de placas solares fotovoltaicas, una decisión que tiene, como ya hemos visto, una repercusión global en todos los ámbitos que tienen un peso decisivo en el objetivo final de todas las empresas: desarrollar con éxito su actividad profesional.