La energía fotovoltaica generada por la instalación y puesta en funcionamiento de placas solares en una vivienda particular conlleva una serie de ventajas exclusivas cuyo impacto positivo es multidireccional. Por supuesto, son numerosas a nivel económico, pero también en lo que respecta a la calidad de vida de los inquilinos de la vivienda.

Beneficios económicos

De entrada, la instalación de placas solares en casa supone la reducción inmediata de los costes de electricidad, desde la primera factura a partir del momento en el que la vivienda se nutra de la energía fotovoltaica. Y este ahorro a corto plazo se refleja también en los impuestos, que dependiendo del lugar en el que esté ubicada la casa pueden ser realmente importantes. Sin ir más lejos, en Rivas Vaciamadrid, municipio en el que está ubicada una de las dos sedes de Urbi Solar -la otra es Murcia-, el Ayuntamiento bonifica con un descuento del 50% en el IBI a las viviendas que acrediten disponer de dicha tecnología.

Además, los propietarios de una vivienda con instalación de energía fotovoltaica activa cuentan con la garantía en España de una ley que protege su derecho al autoconsumo de energía eléctrica renovable sin peajes gracias al Real Decreto 244/2019 que se aprobó en abril de 2019 y a la derogación del conocido como “impuesto al sol” allá por octubre de 2018. Este marco legal actualizado por fin, unido al bajo coste de mantenimiento de la instalación de los paneles solares y a la democratización de los precios del material fotovoltaico, permite que la amortización de la inversión inicial realizada en la instalación se alcance mucho antes que unos años atrás, de ahí que el ahorro económico sea palpable también a medio y largo plazo.

Por otro lado, la instalación de tecnología de energía fotovoltaica ofrece una mayor estabilidad en los costes familiares derivados de la vivienda ya que dejan de depender tanto estos de las fluctuaciones de la tarifa eléctrica. Así mismo, el grado de dependencia sobre terceros también deja de existir en lo que se refiere a la propia adquisición de la energía porque la energía fotovoltaica permite dotar a la vivienda del ansiado autoconsumo, detalle que se antoja especialmente beneficioso en entornos más aislados, donde la red eléctrica es más deficiente.

No hay que olvidar tampoco un factor, la revalorización de la vivienda, que a veces no se tiene en cuenta al tomar la decisión de instalar paneles solares en casa al no tener en mente en ese momento una futura venta de la compra. En el caso de una instalación de estas características, el impacto sobre el valor económico del inmueble es importante, lo cual es otro aspecto positivo de la instalación de placas solares fotovoltaicas en residencias particulares.

Impacto medioambiental positivo

Por supuesto, a las ventajas de índole económica hay que añadir las de materia medioambiental, ya que la energía solar es renovable y apenas contaminante en comparación con las tradicionales. Pero es que además es silenciosa, no produce ruidos asociados a ella la instalación ni su funcionamiento, y limpia, como demuestran las mencionadas rebajas fiscales que las comunidades autónomas y los ayuntamientos ofrecen a los propietarios de casas equipadas con placas solares.

Todas estas y otras ventajas explican por qué el crecimiento de las instalaciones fotovoltaicas en viviendas y empresas españolas es constante. No es casualidad, de hecho, que España se haya consolidado como el líder de este mercado en Europa con datos que no alcanzaba desde el año 2008, según reflejan informes como el último realizado por SolarPower Europe, ni tampoco lo es que sea la fuente de energía más instalada, tanto entre las renovables como las que no lo son, como se puede ver en los datos que aporta el último informe publicado por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).